Según algunos especialistas, en el mundo hay la desesperante cifra de 5.000 lenguas, teniendo en cuenta también las extintas. Es una pregunta habitual en este mundo de cifras pero en realidad el número de lenguas nos dice muy poco, algunas tienen muchos hablantes y otras muy pocos. Por ejemplo, Camerún con solo 12 millones de habitantes y una extensión de poco más de un tercio de la de España tiene 270 lenguas, mientras que en Europa se calcula que habrá unas 225 como máximo. Pero es que en la India hay unas 380, en Nigeria 450 y en Indonesia 670. En cuanto al número de hablantes, solo hay 600 lenguas en el mundo con más de 100.000 hablantes.

A estas alturas ustedes se estarán preguntando si cada una de esas 5.000 lenguas puede ser considerada tal y para poder esbozar una respuesta primero tendríamos que ponernos de acuerdo en la pregunta del millón: «¿qué es una lengua?». Según Wikipedia una lengua es una lengua natural usada históricamente en cierta comunidad humana, según la RAE en su segunda acepción es un sistema de comunicación verbal y casi siempre escrito, propio de una comunidad humana.

Un criterio para considerar una lengua como independiente es que los hablantes de esa lengua no se entiendan con los demás. Pero este criterio tampoco es fácil de delimitar. Los españoles entendemos el portugués escrito pero ¿lo entendemos hablado? La mayor parte de las veces no, ¿es el portugués una lengua distinta del español? Sin duda, sí aunque los hispanohablantes lo podamos leer.

Les parecerá increíble pero a menudo las instituciones lingüísticas de un país hacen más por que su lengua sea ininteligible para los demás que por lo contrario, porque el interés de las naciones es ser únicas y diferentes, cuanto más pequeñas más únicas y más diferentes. ¿La Torre de Babel es una utopía deseable o se debe preservar cada una de esas casi 5.000 lenguas como un bien cultural único?