Chica leyendo, de Renoir
De cómo el poeta alemán Heinrich Heine pasó a llamarse la nada en francés:
«Aquí, en Francia, mi nombre en alemán «Heinrich» se tradujo como «Henri» en cuanto llegué a París. Tuve que resignarme a ello y terminé llamándome así en este país, puesto que la palabra «Heinrich» no le sentaba bien al oído francés y los franceses recurren a todo lo que tengan a su alcance para transformar el mundo en algo plancentero y fácil para sí. Tampoco eran capaces de pronunciar el nombre «Henri Heine» correctamente, por lo que para muchos me llamo Enri Enn; otros lo han reducido a «Enrienne» y algunos hasta me llaman «Un Rien».*
* Heine, Werke, vol. 4, Schriften über Deutschland, p. 558. Cita de Heller-Roazen, Daniel: Ecolalias, Katz Editores, 2008.
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