Basta escuchar o leer una entrevista de Fernando Savater para darse cuenta de cuánto le gusta conversar, cómo disfruta entablando discusiones, con qué alegría se lanza a las controversias más dispares y qué hábil y divertido es en las contiendas políticas. La cita que traigo hoy aquí es un poco antigua, pero me gusta mucho y creo que conserva toda su vigencia.

«Hablamos, pero no conversamos. Disputamos, pero rara vez discutimos. La conversación no consiste en formular peticiones o súplicas, ni el ladrarse órdenes o amenazas, ni siquiera en susurrar halagos o promesas de amor. El arte de la conversación es el estadio más sofisticado, más civilizado, de la comunicación por medio de la palabra. Un arte hecho de inteligencia, de humor, de buenos argumentos, de anécdotas e historias apropiadas, de atención a lo que dice el vecino, de respeto crítico, de cortesía… Es tan sofisticado y civilizado este arte que hoy probablemente sólo sigue estando al alcance de algunas tribus de Kalahari que desconocen tanto la prisa funcional como la jerga cibernáutica».

«Un arte en desuso» en el País Semanal, 16 de agosto de 1998.