¿De dónde provienen las notas musicales? ¿Por qué precisamente las sílabas do, re, mi, fa, sol, la, si y no otras?

Un tal Guido d’Arezzo, monje benedictino, inventó, en el siglo XI, un sistema de tres líneas y luego de cuatro que permitía la representación gráfica de hasta nueve notas. Más tarde se añadíó una quinta línea y se convirtió en el pentagrama actual.

Este autor, también conocido como Guido Aretinus y Guido Monaco, fue además el que otorgó una sílaba a cada nota de la escala musical decidiendo que esta fuera la sílaba inicial de las primeras seis líneas de un himno sáfico a san Juan Bautista que decía así:

Ut queant laxis
Resonare fibris,
Mira gestorun
Famili tuorum,
Solve polluti
Labii reatum,
Sancte Ioannes.

Y que significa: «Para que puedan tus servidores exaltar, con voz clara, tus hechos admirables, retírales de los labios toda impureza, oh san Juan.»

Hacia el siglo XVI la sílaba ut se cambió por do, debido a su mayor facilidad de pronunciación.