En la actualidad el calendario tiene como referencia el ciclo que describe la tierra alrededor del sol, pero en época de los romanos, que es a quienes debemos los nombres de los meses, el calendario (del latín calenda) estaba basado en las fases de la luna. El año tenía solo 304 días repartidos en 10 meses y comenzaba en el mes de marzo:

Martius era el mes de Marte, el dios de la guerra.
Apriles se debe a aperire, abrir, porque es el mes en el que se abren las flores y todo el campo despierta.
Maius es el mes de la antigua diosa itálica Maia, diosa de la primavera.
Junius recibe este nombre en honor de la diosa Juno, esposa de Júpiter y diosa de la maternidad.
Quintilis es el quinto mes.
Sextilis o sexto mes.
September, séptimo mes.
October, octavo mes.
November, noveno mes.
December, décimo mes.

Fue bajo el mandato de Julio César cuando se hizo la reforma de este calendario que pasó a ser conocido como Juliano en su honor. Entonces se añadieron dos meses que se colocaron al principio del año, y que se llamaron:

Januarius en honor de Jano, el dios romano de dos caras, que protegía las entradas y miraba en dos direcciones y
Februarius, mes de las purificaciones, de februare (purificar).

Más tarde se decretó que a Quintilis se le cambiara el nombre por Julius en honor de Julio César, y Sextilis, pasó a ser Augusto en honor del primer emperador. Los nombres de los siguientes meses -September, October, November y December- no fueron modificados, con lo que se perdió la preciosa lógica del orden numérico.