Que armario era antes el lugar donde se guardaban las armas, parece bastante claro ¿verdad? pues ya ven ustedes, a mi no se me había ocurrido hasta que buscando otra cosa me he encontrado con su etimología, es lo mejor que tiene este blog, las sorpresas que me depara.

El lenguaje es innovador pero es también al mismo tiempo muy conservador y procura utilizar lo que tiene, si el mueble que guardaba las armas ahora pasa a guardar ropa, ¿por qué cambiarle de nombre?

Teclado es otra palabra reciclada, no es ya que el teclado del ordenador herede su nombre del de la máquina de escribir, es que ya ésta lo había recibido de las teclas del piano, del órgano o del clavicordio. Esto que nos está enseñando la persistente crisis de que debemos reutilizar lo que tenemos y no tirar las cosas al primer roce, es lo que venimos haciendo con el lenguaje desde hace tiempo. Si ya tenemos una palabra ¿para qué inventarnos otra?

Y así encendemos la televisión aunque no prendamos fuego alguno, y después la apagamos aunque siga sin haber una llama que apagar. Descolgamos el teléfono y lo colgamos, a pesar de que el aparato ya no está colgado de ningún sitio, sino en nuestro bolsillo y bajamos contenidos de Internet que no están arriba, o… ¿quizás sí? ¿en la famosa nube?