Según un estudio realizado por la Universidad de Boston, los hombres y las mujeres hablan diferente. No es que no lo supiéramos, pero si lo dice el estudio de una universidad americana ya podemos afirmarlo sin rubor.

De acuerdo con las conclusiones de este estudio, el hombre tiende a reducir el registro de tonos al hablar, jura e insulta más a menudo, utiliza menos verbos que representan estados emocionales o estéticos, nunca pronuncia determinados adjetivos, asiente menos frecuentemente, prefiere las interjecciones a las conjunciones para cambiar de temas de conversación, cuenta chistes y prefiere temas de discusión diferentes de los de las mujeres.

Las mujeres, por su parte, consideran las preguntas como medio para mantener un diálogo, en tanto que los hombres las consideran como peticiones de información. Las mujeres intentan tender puentes entre lo que su interlocutor acaba de decir y lo que ellas tienen que decir. Ellas parecen interpretar la agresividad de su interlocutor como un ataque que rompe la relación. Los hombres, en cambio, toman la agresividad como una simple forma de conversación. Las mujeres tienden a discutir sus problemas, compartir experiencias y brindar seguridad y están más dispuestas a compartir sentimientos y secretos.

Los hombres rehúyen hablar sobre temas íntimos y tienden a oír a las mujeres (y también a los demás hombres) que discuten este tipo de problemas con ellos, como si hicieran explícitas demandas de soluciones en vez de buscar un oyente solidario.

En fin, que se confirma lo que venía sospechando hace tiempo: ¿Cómo es posible que nos entendamos? De hecho, ¿nos entendemos?, ¿qué les parece a ustedes?