Es curioso cómo manejamos las palabras sin pensar en lo que encierran. Verán, esta mañana me he encontrado con que lo que en España denominamos alpinista en Sudamérica es andinista y entonces me he dado de bruces con los mismísimos Alpes dentro de la palabra alpinista, aspecto que me había pasado desapercibido y del que solo he sido consciente al ver las dos cadenas montañosas contrapuestas: de los Alpes a los Andes.