La indagación acerca del origen de la palabra para designar al 20, me llevó a averiguar por qué el tiempo se divide en torno al número 60, lo cual siempre me ha desconcertado y parecido un tanto extraño ¿Por qué 60 minutos y 60 segundos? ¿Por qué no 100, que hubiera sido lo lógico?

Esta enigmática base procede de los sumerios (que a su vez la habían heredado de los babilonios), quienes agrupaban los seres y las cosas en múltiplos o potencias de 60. Y desde entonces ha sido nuestra forma de medir el tiempo, los arcos y los ángulos.

Los babilonios dividían el día en 12 horas, horas, por tanto, dobles que las nuestras, 6 horas de día y 6 horas de noche. Los inventores del día de 24 horas fueron los egipcios y esta norma fue copiada por Grecia y Roma y, finalmente, se impuso en todo el mundo, o sea que, de no haber sido así, el jet lag aparte de ser una tremenda incomodidad, habría sido un follón de calendario.

La semana tenía 7 días para los babilonios, quizás por las cuatro fases de la luna, cada una de 7 días de duración, o por su creencia en lo sagrado del número 7, a su vez derivado de los 7 planetas que entonces se conocían. La creación del mundo en 7 días, según la Biblia, también se remonta, probablemente, a las creencias babilónicas.

Ahora ustedes deciden qué número les parece más mágico para jugar a la lotería.