La casta es un término acuñado por Podemos que alude a la clase política en general. Tengo que decir que no me gusta porque es un término despectivo que separa definitivamente a los políticos de sus representados. A mí la palabra me suena a ‘señorito’, a ‘cortijo’ y a las castas de la India, un sistema de estratificación social que clasifica a las personas desde el momento de su nacimiento.

Hay otra expresión importada de Estados Unidos, cuyo referente es prácticamente el mismo, pero que suena mucho mejor, me refiero a élites extractivas. Es un término académico que expresa también esa idea de grupo minoritario (la élite) que copa el poder y disfruta de una situación privilegiada, pero suena de otra manera, más sofisticado y menos transparente.

La cuestión es, que bien se hable de casta o de élites extractivas, la distancia que hoy separa al colectivo de políticos de los ciudadanos es enorme y es una pena, porque la política es el arte de entendernos, de organizar la vida pública de una comunidad, y sin política no podemos vivir en sociedad. Así de importante es la cosa.