Confieso que toda la vida he pensado que la expresión del título se refería a «tu tía» y que desconocía por completo de dónde venía esa expresión, por otra parte, tan utilizada. Comparto con ustedes su origen y significado:

«El tutía de la expresión no hay tutía, que se utiliza en situaciones que no se pueden evitar o que no tienen solución, procede del árabe tutiya, que significa ‘sulfato de cobre’. En las chimeneas de los hornos donde se fundía el cobre, se acumulaba una costra grisácea formada por el óxido del cinc que se utilizaba como remedio para aliviar las enfermedades de los ojos. En tiempos de Cervantes se utilizaba este término con el significado de ‘remedio’ o ‘medicina’. No haber tutía es, pues, ‘no haber remedio, carecerse de solución para un problema’.

Bonito, ¿verdad?, pues se lo debemos a la Fundación del Español Urgente en su Compendio Ilustrado y Azaroso de Todo lo que Siempre Quiso Saber sobre la Lengua Castellana.