De un tiempo a esta parte nuestros conocimientos de economía y derecho se han visto notablemente incrementados gracias a la crisis y, desde luego, a los medios de comunicación. Pero ¿usan los periodistas bien los términos? Pues a veces sí y a veces no.

Un ejemplo es el uso de presunto y supuesto, a menudo utilizados como sinónimos, cosa que desde luego, no son. Veamos en qué consiste la diferencia: cuando alguien es encontrado «supuesto autor de un delito de apropiación indebida», eso significa en lenguaje judicial que existen indicios de criminalidad, pero que todavía no se ha abierto ningún proceso judicial.

En cambio, cuando una persona ha sido detenida como «presunta autora del asalto a un banco» esto supone que se le considera posible autor del delito después de habérsele abierto diligencias procesales, pero antes de que haya sentencia.

Lo que nos debe quedar muy claro es que ninguno de los dos términos, ni presunto ni supuesto, indica culpabilidad probada, así que, seamos rigurosos, uno es inocente mientras no se demuestre lo contrario, aunque sea tachado de presunto o supuesto.