¿A quién se le podría ocurrir escribir un diccionario de palabras que ya no existen? ¿Y publicarlo? La editorial Paraninfo, que ha sido la osada en este caso, empieza el libro con una justificación: «Digamos, ante todo, que este primer esbozo de palabras olvidadas o de uso poco frecuente no tiene la menor pretensión de sentar cátedra. Tampoco su publicación ha movido al equipo editorial en terrenos de ambición comercial». Este último argumento creo que no tiene discusión posible, entonces, ¿cuál ha sido la razón? Pues bien, por una parte, los frecuentes desaguisados que se cometen con el idioma, y por otra, las numerosas consultas de lectores que preguntan por esta o aquella palabra.

Así, tras un tiempo en el que consideraron esta idea como demasiado audaz, llegó un momento en el que se decidió publicar este «Diccionario de palabras olvidadas o de uso poco frecuente», cuya autora es Elvira Muñoz. Y una vez aquí, ¿cómo decidir qué palabras están olvidadas? Pues bien, eligieron al azar 100 palabras supuestamente olvidadas (por ejemplo, gestatorio, desastrado, boquituerto, berrendo, quindenio, egreso…) e hicieron pacientes encuestas preguntando si conocían esos términos. Con el resultado se realizó una sorprendente selección de palabras. Hubo palabras que entraron y salieron, y otras que desde un primer momento tuvieron su puesto asegurado en este curioso diccionario.

Yo me quedo con una que me ha parecido que habría que rescatar del olvido: Juzgamundos: ‘persona que murmura’, sinónimos que se utilizan: murmurador y chismoso. Me quedo con juzgamundos sin dudarlo.