Los preparativos para el regreso de Iván a Ucrania me han alejado unos días de este blog. Finalmente hoy ha emprendido el vuelo nuestro ucraniano favorito para regresar a su país, a su frío, su familia, su río… Nos ha dejado la casa vacía y el corazón deshabitado. Cierto que uno recupera sus hábitos, tiene más tiempo libre y menos trabajo pero se echa en falta a ese adolescente tranquilo, alegre a pesar de todo, ocurrente y divertido.

Estos últimos días descubrimos con él que si hubiera respondido a la lógica, el pretérito imperfecto de ir sería «vaba» y no «iba» y que la «calefacción» debería ser «calentación». Volver a descubrir el idioma propio cuando lo habla un extranjero es pasar el día entre asombro y asombro.

Si lees estas líneas, Iván, no te enfades conmigo por sacarte aquí a relucir, es que así te comparto un poco y me parece que hace menos frío.