Ya hemos mencionado en este blog lo fructífero que ha sido el idioma griego para el castellano, pero quiero volver sobre este tema como una forma de pagar una deuda a ese país abrumado por las ídem.

Que el griego dromos significa ‘carrera’ no debería sorprender a nadie que haya visto correr caballos en un hipódromo, galgos en un canódromo o ciclistas en un velódromo. Directamente emparentada con dromos, que significa ‘corredor’, está la palabra «dromedario», animal que puede alcanzar al galope los 20 kilómetros por hora y mantener esa velocidad durante horas con lo que puede recorrer tranquilamente 200 kilómetros en un solo día.

La raíz dromos está también en la palabra «palíndromo», que se refiere a las frases o palabras que resultan lo mismo leídas en un sentido que en el otro, como por ejemplo «sor Rebeca hace berros», y en «síndrome», que en griego significa ‘concurso, reunión’ y en castellano designa al conjunto de síntomas indicativos de una enfermedad concreta.

Como siempre, una maravilla esto del griego.