El verbo «correr» es otra de esas palabras que tienen muchos y variados significados. Es curioso porque el más elemental de todos ellos, ‘andar rápidamente y con tanto impulso que entre un paso y el siguiente, los pies quedan un momento en el aire’, casi queda sustituido por «hacer footing» y al que corre se ha puesto de moda llamarle runner, que tiene narices la cosa.
Y es que en castellano corren las más variadas cosas: corre el agua pero también el tiempo, corren los intereses y los alquileres, corre el río y corren los rumores. Te puede correr prisa una cosa, o igual prefieres correr un tupido velo, se corren los botones cuando engordas, se corre el pestillo y se corren las cortinas. Y uno se queda más corrido que una mona cuando ve que aquí el que no corre vuela. Te puedes correr de sitio tú o se pueden correr las sillas. A veces no queda más remedio que correr el riesgo y encima correr con los gastos.
Y sí, está esa acepción reflexiva que los franceses (tan raros ellos) llaman «la petite mort» y que en el diccionario de la RAE aparece en la posición 44.
Comentarios
Jajaja…! El mejor humor es el inteligente, no cabe duda. Basta con leer el último párrafo.
Josean