Portrait of a Courtesan as Flora, de Bartolomeo Veneto
En una colonia que se independiza la cuestión lingüística es un problema nada banal. Las instituciones, los documentos, la producción literaria… probablemente estén en la lengua de los colonizadores, pero una nación que acaba de adquirir su propio territorio geográfico, la última lengua que querrá tener como propia será la del estado del que se ha independizado, pero ¿qué hacer con los funcionarios, las escuelas, la producción cultural?
A menudo los estados se ven en la necesidad de declarar oficiales las dos lenguas: la que han venido usando hasta ahora, la de sus colonizadores, y la que consideran propia, la autóctona. Es la solución que adoptaron Irlanda o la India (esta última con algunos matices).
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