Nacemos con ganas de aprender a hablar. El lenguaje se cuela a través del oído y repica en nuestro cerebro. Valentina, seis meses, tiene los ojos intensos y la sonrisa fácil. Si le hablas se queda mirando fijamente, sus ojos en los tuyos, prendida de sonidos y palabras que todavía no entiende pero que se van colando en su hemisferio izquierdo, el que alberga el lenguaje. Si ahora hubiera que extirparle la zona del lenguaje, su cerebro crearía otra en el hemisferio derecho, tan plástico es este órgano y tan importante la capacidad lingüística que el cuerpo humano tiene esta posibilidad. Ojalá se extendiera más allá del año de vida.
Valentina se concentra en las palabras y, dedicando a tu voz una atención exclusiva, te devuelve una sonrisa en justa correspondencia a lo feliz que le hace oírte hablar. Se la ve recurrir a su garganta e intentar reproducir algún sonido, repetir lo que oye, pero todavía le falta entrenamiento. A nosotros no nos importa que nos entienda o no, seguiremos hablándole, no porque pensemos que hay que enseñarle a hablar, sino porque aparte de que disfrutamos haciéndolo, la sonrisa que nos devuelve hará que queramos volver a por más.
Comentarios
Le felicito por su nueva web, de la que seguiré siendo un seguidor como lo era de su Blog. Me ha gustado mucho estéticamente. Me parece fenomenal que el espacio de las obras de pintura haya ganado espacio, pues todas las que suele incluir son geniales. Eso sí, me da pena que el tramo verde no permita ver en toda su extensión el cuadro. O quizás es que soy un poco torpe y no he sabido apartarlo. En todo caso, reitero mi felicitación: sus artículos son un regalo para los aficionados al mundo de las palabras. Muchas gracias.
Muchas gracias a ti, Josean, me alegro de que te guste el nuevo formato del blog y que sigas visitándolo. Tienes razón en lo que comentas, como todavía estamos en una especie de fase de pruebas, intentaré corregirlo porque a mí también me da pena que no se vean mejor los cuadros.
Bien hallada, Gemma. Ya ves que no te vas a librar fácilmente de tus fieles seguidores.
La nueva página me parece más completa y más clara.
Por tocar la moral, ¿por qué bienvenida se escribe junto y bien hallada separado? Besos.
¡Qué bien, Juanjo! Estoy encantada de verte por aquí y de que me «toques la moral», ja, ja, ja, así me pones en marcha.
No he encontrado una respuesta académica y sesuda a la pregunta que planteas, así que te voy a dar la mía, receta casera. Yo creo que «bienvenida» se ha utilizado como un sustantivo, «te doy la bienvenida» desde hace mucho tiempo (s. XVI) y muy frecuentemente, con lo que la idea de que estamos utilizando una fórmula ‘adverbio más participio’ se ha perdido y ha pasado a escribirse junto. Esto no ha sucedido con la expresión «bien hallada/o», mucho menos frecuente, donde el hablante es consciente de que está usando un adverbio y un participio.
Un placer.
En este Blog hay una idea muy benigna hacia los hablantes, como en este último comentario, que yo no puedo menos que agradecer. Pero…¿somos tan conscientes los hablantes como lo que supone Gemma Torres? En mi caso, no. Yo utilizaría la expresión «bien hallada/o» así, con las dos palabra separadas, pero absolutamente inconsciente de estar usando adverbio y participio. De hecho, me he asombrado tanto como aquel a quien le dijeron que estaba escribiendo en prosa.
Tienes toda la razón, Lenguaraz. He cometido el imperdonable error de pensar que todo el mundo va por ahí poniéndole categorías a las palabras como voy yo. Veamos, no quería decir lo que dije, uno no es consciente de estar usando un adverbio y un participio cuando dice «bien hallada/o», pero sí que lo es en el sentido de que «bienvenida» y «bien hallada» no son lo mismo, no son usadas ni en los mismos contextos ni con la misma frecuencia, aunque bien pudiera suceder que con el uso «bien hallada/o» pasara a escribirse junta por semejanza con «bienvenida». Igual lo estoy liando más así que vamos a dejar ahí si te parece. Un saludo.
Ni error, ni mucho menos imperdonable. En todo caso, una apreciación que en mi circunstancia no se cumple y de la que no tiene que disculparse, faltaría más. Con todo lo que nos hace disfrutar con sus comentarios y explicaciones tendría bula para un par de errores gruesos por semana (que todavía están por ver). Muchas gracias, de todos modos.