¿Qué es lo que necesita antes una lengua, lingüistas o hablantes?
Según Patxi Baztarrika, viceconsejero de Política Lingüística del Gobierno Vasco, «el euskera no necesita lingüistas, necesita hablantes». Viene esta declaración a cuento de las reformas que se van a introducir en el contenido de los exámenes que certifican los distintos niveles de conocimiento del euskera. Ya hemos hablado en este blog anteriormente de que estos exámenes son tan rigurosos que solo los aprueba una cuarta parte de los presentados, la mayoría de ellos educados en euskera y con un perfecto dominio hablado del idioma.
«Hemos puesto al EGA en un altar -declaraba Baztarrika- cuando quienes deberían estar en él son los euskaldunberris«. No podría estar más de acuerdo con el viceconsejero (entre otras cosas porque soy euskaldunberri, es decir, he aprendido euskera de mayor y no de niña). La propuesta del Departamento de Política Lingüística pasa por adecuar las exigencias idiomáticas a la realidad sociolingüística, priorizando la comunicación.
Hasta ahora se evaluaban las cuatro destrezas comunicativas: comprensión escrita y oral y expresión escrita y oral, y las cuatro eran un paquete, o sea, aprobar tres no era suficiente, o se aprobaba todo o no se aprobaba nada. A la vista de la situación y de lo absurdo de pedir una magnífica expresión escrita a un funcionario que va a atender a los niños en el comedor escolar, se plantea una reflexión en profundidad de los conocimientos a exigir en el famoso examen que certifica el conocimiento del euskera.
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