El país del sol naciente, el país de las geishas, del manga, de los bonsais… ese país asombroso, puntero en avances tecnológicos y sin embargo, el más tradicional de los tradicionales, nos ha dejado en castellano algunos términos que son inconfundibles.

Están los referidos a la gastronomía, que además lleva un tiempo de moda en nuestro país, como sushi, tempura, sake, tofu, sashimi, wasabi y ese quinto sabor denominado umami.

Algunas palabras nombran deportes como el kárate, el judo, el sumo, otras designan artes exquisitas como el ikebana, el origami o el kabuki. Están el kimono, el haiku, la katana de Kill Bill, los kamikazes y el harakiri. El karaoke, que anima tantas navidades; los sudokus, sin los que muchos no sabrían qué hacer en las sobremesas; están las tortugas ninja y el tristemente famoso tsunami.

Y está el nombre de este blog, que se lo debo al escritor japonés Haruki Murakami, que escribió un libro titulado «Al sur de la frontera, al oeste del sol» y del que me quedé con la primera parte. Arigato!