El país del sol naciente, el país de las geishas, del manga, de los bonsais… ese país asombroso, puntero en avances tecnológicos y sin embargo, el más tradicional de los tradicionales, nos ha dejado en castellano algunos términos que son inconfundibles.
Están los referidos a la gastronomía, que además lleva un tiempo de moda en nuestro país, como sushi, tempura, sake, tofu, sashimi, wasabi y ese quinto sabor denominado umami.
Algunas palabras nombran deportes como el kárate, el judo, el sumo, otras designan artes exquisitas como el ikebana, el origami o el kabuki. Están el kimono, el haiku, la katana de Kill Bill, los kamikazes y el harakiri. El karaoke, que anima tantas navidades; los sudokus, sin los que muchos no sabrían qué hacer en las sobremesas; están las tortugas ninja y el tristemente famoso tsunami.
Y está el nombre de este blog, que se lo debo al escritor japonés Haruki Murakami, que escribió un libro titulado «Al sur de la frontera, al oeste del sol» y del que me quedé con la primera parte. Arigato!
Comentarios
Me ha gustado esa definición del Japón: puntero en avances tecnológicos y, sin embargo, el más tradicional de los tradicionales. Y me ha gustado especialmente que lo haya definido como un país asombroso. Cierto. Y por añadir alguna cosa, señalaría el termino yakuza, antecedente de la mafia italiano, según dicen algunos.
¡Qué bueno es que los lectores le completen a una los posts! Muchas gracias, M.C., por el término yakuza, ciertamente anterior a la mafia italiana, pues sus orígenes datan del siglo XVII. Ahí es nada.
Por una maravillosa casualidad he dado con este blog; hoy, lunes, ha pasado a ser un hermoso día. Gracias por estar aquí.
Pues imagínate para la autora con este inesperado regalo…
Muchas gracias a ti. Espero que nos sigamos encontrando por estos lares.