La lengua inuit tiene una palabra para la acción de asomarse a la puerta a ver si alguien a quien se espera está llegando, iktsuarpol. Los escoceses utilizan la palabra trate para referirse al momento de duda que surge cuando queremos presentar a alguien cuyo nombre hemos olvidado. Los indonesios dicen jayus para designar a ese chiste que, de tan malo, hace gracia. En alemán tienen una hermosa palabra para referirse al miedo a que disminuyan las oportunidades a medida que uno envejece: torschlusspanik, que literalmente significa pánico a la puerta cerrada. El euskera tiene dos palabras para la hermana según sea hermana de hermano, arreba, o hermana de hermana, ahizpa.
El español tiene también alguna palabra intraducible como sobremesa. Y es que la muy hispánica costumbre de alargar la comida y seguir charlando no tiene nombre en otros idiomas. Una palabra preciosa e intraducible es duende en su acepción flamenca, esta sí que me parece difícil de explicar. ¿Alguien se anima?
Comentarios
En realidad, cuando se habla de palabras intraducibles se está refiriendo a aquellas que no tienen traducción en una palabra concreta, no? Porque en este post se traduce perfectamente el significado de varias intraducibles, si bien utilizando no una palabra sino varias.
Hola Josean. Sí, sí, me refiero a aquellas palabras que no se pueden traducir con un solo término.
Gemma, no me atrevo a recoger el guante, pero transcribo este párrafo de Federico García Lorca, que dedicó toda una conferencia (Juego y teoría del Duende) al tema.
«Así, pues, el duende es un poder y no un obrar, es un luchar y no un pensar. Yo he oído decir a un viejo maestro guitarrista: «El duende no está en la garganta; el duende sube por dentro desde la planta de los pies». Es decir, no es cuestión de facultad, sino de verdadero estilo vivo; es decir, de sangre; es decir, de viejísima cultura, de creación en acto.»
Alguien me dijo que la palabra «duende» estaba recogida en el Diccionario de la Academia y, efectivamente, así es, y tiene como segunda acepción esta definición: ‘Encanto misterioso e inefable’, con lo que me quedé un poco chafada al ver que se definía tan fácilmente.
Ahora, al leer el párrafo que transcribes, vuelvo a pensar que, como creía en un principio, «duende» es un concepto bien difícil de explicar y de traducir. Cosa que García Lorca hace de una manera preciosa.
Gracias, Juanjo.
Podrías citar tus fuentes, tu publicación reproduce casi con exactitud un epígrafe de «Anatomía de la lengua», de Elena Alvárez, sujeto a derechos de autora.
Tienes razón, Marina. Mis disculpas.