La lengua inuit tiene una palabra para la acción de asomarse a la puerta a ver si alguien a quien se espera está llegando, iktsuarpol. Los escoceses utilizan la palabra trate para referirse al momento de duda que surge cuando queremos presentar a alguien cuyo nombre hemos olvidado. Los indonesios dicen jayus para designar a ese chiste que, de tan malo, hace gracia. En alemán tienen una hermosa palabra para referirse al miedo a que disminuyan las oportunidades a medida que uno envejece: torschlusspanik, que literalmente significa pánico a la puerta cerrada. El euskera tiene dos palabras para la hermana según sea hermana de hermano, arreba, o hermana de hermana, ahizpa.

El español tiene también alguna palabra intraducible como sobremesa. Y es que la muy hispánica costumbre de alargar la comida y seguir charlando no tiene nombre en otros idiomas. Una palabra preciosa e intraducible es duende en su acepción flamenca, esta sí que me parece difícil de explicar. ¿Alguien se anima?