Un muchacho en la recóndita y fría noruega busca su lugar en el mundo, marcado por un padre autoritario que siempre le asusta, se instala en Bergen con el objetivo de seguir un curso en la Academia de Escritores. En sus relaciones le resulta muy difícil expresar lo que lleva dentro pero, curiosamente o quizás por eso, en los cinco libros que lleva publicados lo cuenta todo sin piedad. Uno nunca pensaría que alguien pueda contar su vida de una forma tan descarnada, que hable de todos los que siguen siendo su vida con esa crudeza. Porque las memorias se escriben con 80 años cuando a uno ya le da igual lo que piensen los demás, pero si es joven ¿cómo hace uno para seguir viviendo su vida después de contarla al mundo entero?, ¿tiene derecho a contarlo todo?

El caso es que tenga derecho o no, Karl Ove Knausgard lo cuenta todo. Acabo de terminar el tomo 5 de esa obra que provocativamente llama «Mi lucha» y, como me ha pasado con los anteriores, me ha dejado atónita y sola. Echo en falta la voz de Karl Ove, saber qué pasa con su vida, si tiene fuerza e inspiración para seguir escribiendo, si superará el fracaso del que ha sido su mayor amor hasta el momento. Karl Ove, su hermano Yngve, su mujer Gunvar, sus amigos… se han esfumado de mi vida con la última página y me han dejado huérfana de una realidad que solo existía entre las paginas de un libro pero que se había incorporado a mi vida. Creo que cuando pasa eso lo llaman literatura.