Nunca antes había oído esta palabra. Después de leer el texto que sigue deduzco que significa ‘alquitrán, brea’, lo que en San Sebastián se llama también galipot, del francés galipote.

«Fresco parece caviar, suena como los cristales triturados, como si alguien masticara hielo.

A mí me gustaba masticar el hielo cuando se terminaba la limonada, meciéndome con mi abuela en el balancín del porche. Desde allí mirábamos a la reata de presos que pavimentaban Upton Street. Un capataz vestía el macadán; los convictos lo apisonaban,  con un compás pesado y rítmico. Las cadenas y los grilletes entrechocaban; el macadán caía con un rumor de aplausos.

Las tres decíamos la palabra a menudo. Mi madre porque odiaba vivir allí, en la miseria, y al menos ahora tendríamos una calle asfaltada. Mi abuela solo quería que la casa estuviera limpia: así no habría tanto polvo. Polvo rojo de Texas que se colaba con la escoria negruzca de la fundición, formando dunas en el suelo encerado del pasillo, sobre la mesa de caoba.

A mí me gustaba decir «macadán» en voz alta, a solas, porque sonaba como el nombre para un amigo».

 

Lucia Berlin: Manual para mujeres de la limpieza.