El mundo cambia constantemente y con él cambian las lenguas. Algunas palabras no se utilizan porque el referente al que aludían ya no existe, como sucede con tantos elementos de la agricultura, por citar un campo semántico. Sin embargo, en tanto en cuanto la lengua sirve para hablar, no solo de lo que existe, sino también de lo que ha existido, las palabras que ya no se usan no desaparecen, sino que quedan guardadas, agazapadas en el rincón de las palabras que se usaron antaño.
Sucede también que hay palabras que se utilizan en escasas ocasiones pero que tampoco se pierden, como por ejemplo guisa o ristre, que son términos que ya solo se usan en forma de alocución: «de esta guisa» y «en ristre». Ambas palabras han perdido frecuencia de uso pero no han desaparecido, no se puede hablar de muerte léxica sino de postergación o declive.
Y hay también ocasiones en las que la palabra se adentra en la categoría de arcaísmo, es un término que, no perteneciendo al momento actual, conserva, pese a ello, ciertas posibilidades de utilización, por ejemplo, en textos literarios, como podrían ser alacena, capazo, fínife (esta palabra me encanta), órdiga…
Y estas palabras, por largo tiempo olvidadas, pueden ser como la magdalena de Proust, que con su pronunciación traen todo un mundo de recuerdos a nuestra cabeza.
Comentarios
Hola, Gema, no encuentro la palabra fínife en el diccionario de la RAE, ni en internet. Siempre me remite a la palabra cínife, que es un insecto alargado con grandes alas membranosas que, dotado de un poderoso aguijón, puede darnos un buen picotazo. Mi padre usaba habitualmente esta palabra para referise a este insecto.
Tienes toda la razón, Miguel, qué bruta. Es una palabra que usaban en mi casa y que, equivocadamente, llamábamos «finife» a lo que era «cinife», y ahí he caído amarrada al recuerdo de cuando era niña. Muchas gracias por la corrección, no corrijo el texto porque si no no se entenderían ni tu comentario ni mi respuesta.
¿Has leído «Una golosina» publicada luego como «Rapsodia Gourmet» de Muriel Barbery? es muy divertido y tiene mucho que ver con la magdalena de Proust (en mi humilde opinión, claro)Por otro lado, estoy impartiendo (madre, cómo suena) un taller de escritura para niños y me sorprende taaaaaanto que usen palabras como «asir», «ponzoñoso», «bizarro» estoy alucinada con estos chavales de entre 12-14 años, ¿crees que todavía hay esperanza para nuestro idioma tannnnn rico?
No he leído ese libro, Bea, pero «La elegancia del erizo» me encantó. ¿»Una golosina» y «Rapsodia Gourmet»? ¿Se ha publicado con dos títulos distintos?
¡Qué envidia me das! Trabajar con niños en un taller de escritura tiene que ser muy enriquecedor (y muy divertido). Por supuesto que hay esperanza. La educación cada vez llega a más personas, la cultura está al alcance de todos como nunca lo había estado, los niños son bilingües o trilingües… yo soy muy optimista a ese respecto.
Gemma, he leído en un artículo que órdiga, esa palabra que te gusta (y que de chavales usábamos antes de atrevernos con otras de mayor calibre), deriva de órdago. O sea, que tendría un origen euskaldun.
¡Qué bueno, Juanjo! La verdad es que se me ocurrió de pasada, estás dos palabras tienen que estar emparentadas, me dije, pero no fui más allá.
Muchas gracias, si es que ya lo dice Trapiello: entro todos lo sabemos todo.
Gemma,a toro muy pasado,no me resisto a incluir una palabra que acabo de leer en un libro de Pérez Reverte: avío. En mi casa la he escuchado toda la vida, pero no sabía ni cómo se escribía. Es sustantivo y está relacionada con el verbo aviar.
aviar1
Der. del lat. via ‘camino’.
Conjug. actual c. enviar.
1. tr. Prevenir o disponer algo para el camino.
2. tr. Aderezar la comida.
3. tr. Alistar, aprestar, arreglar, componer. Aviar a una persona. Aviar una habitación.
Yo creo que en Andalucía se sigue usando bastante.
Nosotros teníamos unos vecinos que eran de Extremadura y cada mañana oíamos a la madre decir desesperada a su hija: «Avíate, que no vamos a llegar», como verbo y con el sentido de ‘date prisa, prepárate’. En mi casa no se usaba, pero cuando la has mencionado me he ido directamente a una casita del barrio Anaka de Irún, donde vivía de pequeña.