No sé si Patti Smith en «Éramos unos niños» pretendía escribir unas memorias o describir la dureza de sus primeros años intentando ser una artista, pero lo que en realidad ha escrito es la crónica de una amistad. La amistad que mantuvieron ella y Robbert Mapplethorpe desde que se conocieron, allá por sus 18 años, hasta la muerte de él a causa del sida. Muchas cosas me han llamado la atención de este libro, la primera que Patti relate la vida de su compañero y amigo poniendo más atención en los logros de él que en los suyos propios, y después esa amistad que se mantiene en el tiempo a través, tanto de momentos duros como de momentos de éxito y fama. Aquí les dejo con esta cita preciosa sobre la pasión de leer.

«Me quedaba sentada a los pies de mi madre, viéndola tomar café y fumar con un libro en el regazo. Su ensimismamiento me fascinaba. Aunque aún no iba a la guardería, me gustaba mirar sus libros, acariciar las páginas y levantar el papel de seda que protegía los frontispicios. Quería saber qué contenían, qué captaba tanto su atención. Cuando mi madre descubrió que había escondido el tomo carmesí de El libro de los mártires de John Foxe debajo de mi almohada, con la esperanza de absorber su significado, se sentó conmigo y comenzó el laborioso proceso de enseñarme a leer. Con sumo esfuerzo, pasamos de la mamá Gansa a los cuentos de Dr. Seuss. Cuando ya no necesité más instrucción, me permitía unirme a ella en nuestro duro sofá mientras leía Las sandalias del pescador y Las zapatillas rojas.

Leer me apasionaba. Anhelaba leerlo todo, y lo que leía me creaba nuevos anhelos. A veces me iba a África y ofrecía mis servicios a Albert Schweitzer o, engalanada con mi gorro de piel de mapache y mi polvorera de cuerno, defendía al pueblo como Davy Crockett. Podía escalar el Himalaya y vivir en una cueva donde haría girar una rueda de oración para mantener la tierra en movimiento. Pero la necesidad de expresarme era mi deseo más fuerte, y mis hermanos fueron los primeros que conspiraron conmigo para sacar partido a mi imaginación. Escucharon atentamente mis historias, se prestaron a actuar en mis obras de teatro y combatieron en mis guerras con arrojo. Con ellos de mi parte, cualquier cosa parecía posible.»

Patti Smith: Éramos unos niños