De cómo se puede olvidar el idioma en el que aprendimos a hablar, de cómo los idiomas cambian sus papeles y se quedan recogidos en una función y se niegan a salir de casa.

Hoy les traigo una cita de un libro muy interesante con un titulo precioso, Tierra desacostumbrada. Trata de Akash, una mujer bengalí residente en Estados Unidos -ah, qué ricas son las mezclas culturales- trasegando con su papel como hija, esposa, su estreno como madre, su carrera profesional, apenas nada… solo la vida.

«A esas alturas, Akash había olvidado el poco bengalí que Ruma le enseñó de pequeño. Una vez empezó a hablar con frases completas, el inglés se había impuesto, y ella carecía de la disciplina necesaria para ceñirse al bengalí. Además, una cosa era arrullarlo en bengalí, señalar tal o cual cosa y decirle las palabras correspondientes, y otra muy distinta mostrarse autoritaria; el bengalí nunca había sido un idioma en el que se sintiera adulta. Se le estaba olvidando su propio bengalí. Su madre había sido estricta, tanto así que Ruma nunca le había hablado en inglés. Pero a su padre no le importaba. En las pocas ocasiones en que Ruma recurría ahora al bengalí, cuando una tía o un tío llamaban de Calcula para desearle feliz bijoya a Akash el día de su cumpleaños, se le trababan las palabras, confundía los tiempos verbales. Y sin embargo, era el idioma que había hablado exclusivamente durante los primeros años de su vida.»

Jhumpa Lahiri: Tierra desacostumbrada