Volví a coincidir en el autobús con esas mujeres que se ensimisman hablando y se olvidan de que media docena de personas estamos escuchándolas, o escuchándola, porque una habla y la otra solo asiente con la cabeza. Voy a tener que cambiarme de sitio para evitar oírlas porque me dejan el alma por los suelos.
Decía que su hijo está díscolo y distante, que no le llama ni responde a sus whatsapps. Que, por lo visto, le ha venido un amigo que vivía fuera y está fascinado con esta nueva compañía. En cuanto tiene alguien de quien se puede colgar, pues, ya está, se cuelga. Y ya ni se acuerda de su madre ni de Rita la cantaora. No ha ido donde el trabajador social que le ayuda ni a ponerse la medicación, ni nada. Y ayer me dijo que sí que ya iba a ir al ambulatorio y de paso venía a comer, pero me dejó plantada, allí se quedaron los macarrones, las pechugas de pollo y todo. ¿Tú sabes si se pueden congelar los macarrones? No es que valgan mucho, pero es que me da pena tirar la comida. Lo que voy a tirar es la toalla, fíjate lo que te digo, me tengo que desenganchar de su vida porque no puedo seguir así. Estoy todo el día pensando en él, y hago mi vida, eh, no te creas, pero no se me va de la cabeza. ¿Va a estar así siempre? ¿Y de qué va a vivir? Porque ahora tiene la ayuda, pero cualquier día se la quitan. ¿Y el piso ese en el que está? No quiero ni pensar, ni siquiera tienen cocina y ¿tú sabes lo que les cobran? Pues por un piso de mala muerte, el dueño igual se saca 2000€ al mes, sí , sí, es una vergüenza. Siempre hay alguien que saca provecho de los débiles.
Y una, que es de natural cobarde, preferiría no saber que pasan esas cosas y que le pasan a gente que coge el mismo autobús. Otro día me bajo antes y me pongo a andar porque me dejó con el desasosiego anidado en el cuerpo para todo el día.
Comentarios
ayyyyy! qué mal ponerles palabras a los pensamientos, pero que bien hace compartirlos. Un abracín!
Un abrazo, Bea.
No sé si los macarrones se pueden congelar o no. Lo que si sé es que ni tus sentimientos, ni tu corazón estan, en absoluto, congelados. Ah! Y lo de que «una es de natural cobarde» los que te conocemos y queremos sabemos que de cierto nada de nada. Muxu handi bat, mattie!
Según me han dicho, los macarrones se pueden congelar pero no quedan muy allí. Y, la verdad, con amigas tan incondicionales… pues las cosas se llevan mucho mejor.
Mila esker, Marian! Muxu bat zuretzako ere.
Esta sociedad, es decir, todos nosotros, no hacemos justicia a esas madres que se dejan la piel y el alma por mantener a flote a sus hijos problemáticos. Y hablo de madres, porque los padres -salvo honrosas excepciones- tendemos a establecer relaciones contractuales con nuestros hijos, contratos que rara vez pueden cumplir, pero que nos sirve de justificante para inhibirnos.
Esta sociedad, incluidas las mujeres, piensa que debe haber una «madre coraje» dentro de cada madre y en función de eso se nos exige una entrega y una dedicación que no se esperan de los padres.
Muy buena tu apreciación, Josean, te lo agradezco mucho.