Bajo el título «Valor económico del español«* han sido publicados nada menos que 14 tomos en los que se aborda la vertiente económica de nuestro idioma. Y es que el español asiste hoy a una nueva fase de su largo proceso de internacionalización: «El intercambio económico entre los países hispanohablantes aumenta cuatro veces con respecto al que se produce con otros; y siete en el caso de las inversiones directas». De entre las empresas que más salen ganando, la primera es la industria editorial, pero también las de energías renovables, infraestructuras o farmacia y agroalimentación. Y en el caso concreto de la construcción de autopistas, la actividad económica no solo se circunscribe a realizar las obras, sino también a su gestión posterior.

A la hora de invertir, un elemento como la lengua común multiplica por siete las posibilidades de colaboración, y esto ocurre no solo en las grandes empresas, que están más preparadas para introducirse en cualquier tipo de mercado, sino también en las medianas.

Quedémonos con un dato: la lengua española genera el 16% del PIB y del empleo en España y actúa como un «potente impulsor de internacionalización». Una buena noticia en tiempos revueltos.

 

* Obra de José Luis García Delgado, José Antonio Alonso y Juan Carlos Jiménez