Una universidad canadiense ha realizado una investigación muy interesante para conocer cómo funciona el cerebro de los sujetos bilingües. Han elegido tres grupos de personas con las que trabajar:
- Francófonos nativos que solo han estado expuestos al francés.
- Personas adoptadas de China que estuvieron expuestas al chino pero lo han olvidado y ahora solo hablan francés.
- Personas adoptadas de China que han mantenido su lenguaje y además han aprendido francés.
Los tres grupos de estudio son sometidos a una resonancia magnética mientras los sujetos investigados tratan de identificar palabras que suenan a francés pero no son francés. Los investigadores entonces observan qué zonas del cerebro se ven implicadas en el momento de realizar esa tarea.
Los científicos han comprobado que los que son monolingües en francés activan unas determinadas zonas del cerebro, mientras los bilingües activan otras zonas diferentes. Lo curioso es que aquellos que estuvieron expuestos al chino pero lo olvidaron activan las mismas zonas cerebrales que las personas bilingües. ¿Qué significa esto? Que el cerebro guarda la huella e involucra una serie de zonas cerebrales similares a las de las personas bilingües. Es decir, que en el cerebro queda la impronta del idioma aprendido, incluso aunque después se haya olvidado. ¿Cuántos secretos más tendrá guardados nuestro cerebro?
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