A mí, que me gustan tanto las palabras, me ha pasado en más de una ocasión no encontrar una lo suficientemente expresiva para lo que quería decir. Me parece difícil expresar lo que una película, una pieza musical… han provocado en uno cuando la emoción ha sido intensa. Digo de un libro, me ha gustado mucho, me ha encantado, y parece lo mismo que uno podría decir de una paella. ¿Debería haber palabras descriptivas diferentes según de qué hablamos?

Pero sobre todo me desazona no encontrar las palabras para deshacer un malentendido, no ser capaz de comunicar a alguien querido cuánto siento la palabra que he pronunciado sin pensar. En ese instante, noto mis neuronas en una carrera enloquecida buscando una conexión, una sinapsis, que dé con la palabra mágica: la que nos devolverá al punto de partida en esa relación antes de que en un aciago momento la estropeáramos.

Porque hay palabras que abren abismos, que caen por el acantilado llevándose toneladas de momentos felices. Vemos a nuestro interlocutor caer herido por una palabra que era en realidad una bala de 9 milímetros, uno de esos trozos de metal que van derechos al corazón. Quisiéramos entonces tener a mano una tecla de borrar, un rewind que deshiciera lo dicho para poder recoger las palabras letra por letra. Pero justo alcanzamos a un lo siento, cuánto lo siento, no quise decir eso pero eso fue justo lo que dijimos. Desfibrilador, bisturí, pinzas… ¿alguien sabe cómo deshacer el daño causado por una palabra?