Observo a la gente en una ciudad que no es la mía. Es una ciudad importante en horas bajas. Hablo de Barcelona, sí. Busco esteladas en los balcones, lazos amarillos en las solapas, signos de tanto ruido como se oye en los medios de comunicación y lo que veo son muchos inmigrantes. El taxista que me llevó al hotel era sirio y el conserje, árabe, (extraordinariamente amable y respetuoso).
Cómo se conjuga esa población que ha nacido en otros países con la marea independentista quién sabe. Si era difícil entender la situación de mi propia comunidad, cómo atreverse con teorías explicativas cuando uno, por mucho que haya oído hablar del tema, no conoce todas las claves.
Se ven las noticias en la televisión pero nunca se ven las vidas, tantas vidas afectadas, tantos documentos que estarán sin firmar en una mesa a la espera de que alguien se siente a ella y los firme y resuelva así la adjudicación de unas oposiciones, la urbanización de un barrio, la construcción de una escuela… Imagino lo hartos que deben estar tantos catalanes, aun en el silencio de su desesperación, y solo puedo una vez más y aunque parezca lo contrario, pensar lo importante que es la política. Como Agustín Goytisolo escribía a su hija Julia, nunca digan «no puedo más y aquí me quedo», opinen, actúen y voten.
Comentarios
Tiene usted razón, sobretodo al final. Prometo hacerle caso.
Muchas gracias, Iker.
«Se ven las noticias en la televisión pero nunca se ven las vidas». Ya lo decía don Pío Baroja, Gema. La historia cuenta la vida oficial de los pueblos, la real está en las novelas.
Pues sí, no conozco apenas a Pío Baroja, me da vergüenza decirlo pero nunca me ha atraído. Ahora ya un poco más, mira, esa cita me gusta.
Para profundizar algo en el «alma» catalana creo que es menester leer a Josep Pla. Tiene una entrevista larga en You Tube como acercamiento al personaje. Si quieres seguir, leer «El pagés y su mundo». Como culmen de su obra está su inigualable «El cuaderno gris»; el mejor lenguaje que conozco en autores españoles. Su prosa es de una belleza sublime. El original es en catalán pero, claro, yo lo he leído en castellano.
Vendido. Me quedo con «El cuaderno gris», a ver si lo encuentro en el KM.