Le conocimos el 19 de marzo de 1993 en Oviedo. Acababa de cumplir tres años. El encuentro fue uno de esos momentos que piensas que vas a recordar toda la vida, aunque después no lo hemos recordado tanto. Le traían de la mano, él un poco escondido, y sentí una piedad infinita por él, no tenía más opción que irse con nosotros. Estábamos los tres con la sonrisa puesta, quietos, intentando no parecer demasiado grandes, ni demasiado amenazadores, pero seguramente lo pareceríamos. Yo me agaché para estar a su altura y él me besó, dócil, muy solo.
Teníamos permiso para pasar con él todo el día. Nos lo solíamos llevar al hotel, jugar un rato, dar un paseo, comer, volver a pasear, ir a un parque y después devolverlo al Centro. Qué entenderá él, me preguntaba, pobre, te lo llevas como si fuera un perrito y luego lo devuelves y él se queda allí, tan solo.
Procurábamos ir una vez al mes y llamarle todas las semanas. Al teléfono no decía nada pero yo oía su respiración pequeñita al otro lado. Pasaron seis meses antes de que nos lo pudiéramos traer y cada mes estaba un poco más triste.
El día de la foto era verano. Fuimos a una piscina, su hermano jugaba con él y él se dejaba hacer. Le gustaba que le pusiera crema y yo me decía que era buena señal que se dejara tocar, aunque para mí, entonces, todo era buena señal.
No sé por qué hice esa foto, pero si hubiera sabido lo que se iba a ver seguramente no la hubiera hecho. Es una foto que me da mucho frío y que nunca miro porque en sus ojos veo todo el desamparo del mundo, una tristeza más grande que él, un monstruo agazapado que todavía le acecha y le amenaza con comérselo.
Ahora tiene 28 años y sigue vivo.
Comentarios
madre mía, la semana pasada leí «El huracán y la mariposa» y me acordé tanto de tí, tanto…
No había oído hablar de ese libro, Bea. ¿Te gustó?, ¿me lo recomiendas?
En alguna ocasión me pareció leer «Cuando la boca calla el corazón rebosa» o….. ¿sería al revés?
Hay ocasiones en las que el corazón rebosa tanto que tengo que ponerle palabras y así extraer de él algo de su contenido para que no apriete tanto. Y lo comparto y me siento más ligera.