Esta cita habla de esas confusiones tan divertidas que a menudo sufren los que se expresan en un idioma que no es su lengua materna. En este caso, Yoshie, un japonés que vive en Nueva York, confunde el soft porn, porno blando, con el pop corn, o palomitas de maíz. Solo con imaginar la escena nos baila la sonrisa en la boca.
«Él llevaba unos años viviendo en Nueva York. Con algunas excepciones, ya hablaba un inglés decente (…). Yoshie tenía problemas con los phrasal, que confundía de forma hilarante. En vez de switch on, podía decirte turn on. En vez de run out, run over. Y así. Más que impedir la comunicación entre nosotros, aquellos malentendidos alimentaban mi imaginación. Para él, por ejemplo, estábamos en New Oak. La idea de vivir en una especie de bosque me encantaba. Otros clásicos suyos eran pronunciar peace como piss, Coke como cock. A través de esos deslices, cualquier tema inocente podía volverse atrevido.
Una noche, en un cine del Upper West Side, recuerdo que confundió pop corn con soft porn. Estábamos en el Thalia. No, era el New Yorker. Con aquel suelo inclinado y aquellas decoraciones mitológicas, tan adorablemente pretenciosas como nosotros. La vendedora de palomitas se quedó mirándonos perpleja. Y él seguía insistiéndole en que los dos teníamos muchas, muchas ganas de soft porn. Lo siento, señor, balbuceó la chica, aquí no tenemos nada de eso. ¡Por supuesto que tienen!, contestó Yoshie indignado. ¿Para qué cree usted que ha venido toda esta gente?»
Andrés Neuman: Fractura
Comentarios
Mi mujer es de Tucumán, apenas 160 kilómetros de Santiago del Estero, de donde soy yo. En un mismo país, con idéntico idioma. Al borrador de lápiz y lapicera, en Tucumán le dicen «goma», que aquí quiere decir «pene». Aquí terminó su secundaria cuando nos casamos. En la escuela se le reían cuando pedía «pasame la goma».
Una anécdota preciosa y de lo más ilustrativa de las diferencias léxicas que puede haber en un mismo idioma. Casualmente, ayer hablaba con unas amigas de los diferentes nombres del juego que en Sudamérica (creo) se conoce como «rayuela». Aquí unas lo conocíamos como «txingo», otras como «tejo» y aún otra como «hinka», los tres nombres en un radio de 20 kilómetros.
Por cierto, de Tucumán es el escritor Juan Ángel Cabaleiro, ¿no? He leído algún libro suyo y me ha gustado mucho.
Gracias por la aportación, Juan Manuel.