Si ya le digo yo a mi Paco, no me lleves a lo oscuro, que vamos a andar en boca de todos, y él, que sí, que vamos, allá al fondo del parque, donde está más negro que la boca de un lobo. Y me camela, socarrón, anda guapa, venga, que te voy a estrujar toda entera, ya verás qué rico, vamos a hacer boca para el fin de semana. Y yo que no Paco, que me pillas a bocajarro y yo así no puedo, déjame en paz, anda.

Pero él me tapa la boca diciéndome que luego bien que me gusta, que no abro la boca ni para decir ni pío, que ya una vez acaramelada no digo esta boca es mía y que tenemos que aprovechar que total luego nunca se sabe. Y lo tengo que reconocer, me deja con la boca abierta de la labia que tiene, que este engatusa al más pintado. Pide por esa boquita, preciosidad, que todo lo que tú quieras yo te lo doy. A pedir de boca te voy a poner yo a ti el mundo entero. Mira, Paco, no me hagas hablar, no me busques la boca, que ya sabes tú por dónde van a ir los tiros.

Y así día sí día también.