El maltés es una lengua muy interesante porque es, entre otras cosas, la única lengua semítica entre las lenguas oficiales de la Unión Europea. Este idioma es hablado en la isla de Malta por unas 520.000 personas.

El maltés desciende de un dialecto árabe llamado árabe-siciliano que, como comentamos en un post anterior, es uno de los que se separaron del árabe. La sintaxis y la gramática del maltés recuerdan al árabe pero en su vocabulario tiene multitud de palabras de origen romance y también procedentes del inglés. He aquí un bonito popurrí. ¿Cómo pudo una lengua aglutinar tan diversos orígenes? Quizás una isla en medio del Mediterráneo entre Libia, Túnez e Italia estaba destinada a algo así.

A finales del siglo IX el Califato Árabe, presente en todo el norte de África, conquistó Sicilia y poco más tarde Malta (a solo unos 200 kilómetros de Sicilia). Después llegaron los normandos que fueron estableciéndose en la isla y desplazando a los árabes hasta acabar expulsándolos. Esto supuso la desaparición de la influencia del Corán y, por lo tanto, la extinción de la fuerza aglutinadora que ejercía sobre la lengua. Malta continuó formando parte de Sicilia por varios siglos lo que aportó gran cantidad de vocabulario siciliano a la lengua que se hablaba en Malta.

Malta vivió también bajo el régimen de la Orden de Malta, una poderosa orden religiosa que, con la excusa de proteger a los peregrinos en su camino a Tierra Santa, se asentó en la isla para prevenir una invasión otomana de Roma desde el sur. Esta orden hizo del italiano la lengua oficial de la isla. Y no acaban aquí las vicisitudes del maltés, pues la isla estuvo bajo el poder de Francia dos años (conquistada por Napoleón) y entre 1814 y 1964 fue un protectorado inglés, lo que supuso la entrada de una gran cantidad de palabras inglesas en el maltés.

¿Cómo suena hoy el maltés? En su estructura es básicamente árabe pero su vocabulario tiene una gran parte de palabras procedentes del latín y del inglés.