Los humanos hemos llegado al siglo XXI divididos en estrictas fronteras que marcan los límites de los países modernos. Ya no hay confines trazados por aproximación como en siglos pasados, ahora las fronteras están claramente delimitadas en los mapas. Y, a pesar de lo que muchas veces se piensa, la relación lengua-patria se presenta enmarañada, desajustada, porque raramente las circunscripciones administrativas coinciden con las lingüísticas.
Es habitual que la frontera política exija el conocimiento de una lengua ajena para algunos, los gobiernos eligen como oficiales las lenguas más útiles, así países africanos en vías de desarrollo tienen al francés o al inglés como lengua oficial, pues en ellas encuentran las diferentes etnias la unificación de su diversidad lingüística.
Mucha gente considera que una lengua coincide con una identidad nacional y que lo demás son dialectos, por esa razón imaginan que todos los rusos hablan ruso o que todos los chinos hablan chino. Sin embargo, son muy pocas las naciones unificadas con una sola lengua, de hecho en la práctica totalidad de los países del mundo, lenguas distintas ocupan sus respectivas y difusas demarcaciones mientras los hablantes son más o menos bilingües, por ejemplo, quienes tienen al tamil o al malabar como idioma propio conocen de manera desigual el hindi o el inglés, que son las lenguas generalizadas en la India.
Singapur es un ejemplo curioso de esta no identificación de un país con una sola lengua. En Singapur, que más que un país es una ciudad-estado, cuatro lenguas conviven con el mismo rango: por una parte están el inglés y el chino mandarín, bastante extendidas entre sus cuatro millones de habitantes, y por otra, el tamil y el indonesio, de menor influencia y extensión. Las cuatro, sin embargo, son lenguas oficiales del país y se reparten las funciones de un idioma. El inglés es la lengua de la administración, del comercio, de la industria y de la enseñanza primaria. El chino está en boca de las tres cuartas partes de la población, mientras que los indonesios y los tamil se reparten el resto. Sin duda ninguna el futuro es el bilingüismo (como mínimo).
Comentarios