Cuando uno cuenta la historia de sus padres, cuenta la suya propia. Los padres fueron nuestros referentes, nos educaron y nos mostraron el mundo. Elvira Lindo, al contar en su último libro, «A corazón abierto», la historia de sus padres, cuenta también la suya propia.

La novela, autoficción de nuevo, en realidad más que hablar del padre y de la madre, habla sobre todo del padre. El padre es una presencia tan poderosa en la familia que lo envuelve todo. Todo parece filtrarse a través de él. La familia Lindo cambia constantemente de domicilio y de ciudad siguiendo el trabajo del padre. La madre, delicada del corazón, sueña con tener una casa que sea «para siempre», pero ese hogar permanente tarda mucho en llegar. Es, sin duda, una de las novelas más personales de Elvira Lindo, en la que se relata la historia de una familia y con ella la de toda una generación. Es una novela familiar y sociológica y es una autobiografía, es, en fin, difícil de clasificar.

En alguna entrevista, he oído a Elvira Lindo decir que sus padres se quisieron mucho, yo después de la lectura de la novela creo que su madre quiso mucho a su padre y que su padre se quiso mucho a sí mismo, pero es una opinión muy personal, así como la tristeza que emana del relato. Quizás es cosa mía, quizás me trae mis propios recuerdos.

Como historia es un poco desconcertante, pues a veces la novela se centra en la historia de los padres como pareja, algo que quedaba fuera del alcance de los hijos, otras la acción se va con Elvira. Hay que ser muy valiente para escribir un libro así que sea sincero, que sea de verdad. Cuando se llega a cierta edad es un buen ejercicio no idealizar a los padres aceptándolos como fueron con sus aciertos y sus errores, humanos al fin, como todos.