Rachel Cusk -canadiense de nacimiento e inglesa de adopción- es una autora distinta, muy original en su forma de contar y en lo que cuenta, a pesar de hablar de la vida cotidiana y de los sentimientos que suscitan las relaciones con los demás. Despojos tiene como subtítulo «Sobre el matrimonio y la separación» y trata de cómo la vida de una pareja, y la de sus hijos, se rompe cuando la pareja decide que ya no quiere seguir siendo tal, que van a seguir viviendo cada uno por su camino. «Mi marido y yo nos separamos recientemente y, en cuestión de unas semanas, la vida que habíamos construido juntos se desarmó, como un puzle convertido en un montón de piezas con los bordes recortados.»

Muchas cosas cambian cuando una pareja se separa: cambia su lugar en el mundo, la vida de sus hijos, cambia su posición económica, el lugar de residencia de uno de los dos, cambia el futuro y hasta cambia el pasado, pues ya no se ven los años transcurridos de la misma forma. Y todo esto Rachel Cusk lo cuenta con una penetración magistral. Su mirada sobre el ser humano, sus aflicciones y sus deseos es extraordinaria. A veces te descubres levantando los ojos del libro y pensando por qué esto yo no lo había visto nunca.

Despojos fue publicado en 2012 en inglés causando un gran revuelo. No gustó que Rachel Cusk criticara la institución matrimonial con tal ferocidad y desparpajo a la vez. “El mundo literario me asesinó. Los editores europeos que me habían publicado hasta entonces no quisieron ni abrir este libro. Consideraron que no era lo suficientemente intelectual», declaró la autora en una entrevista concedida a El País en mayo de este año.

A mí, en cambio, nada me gusta más que un libro que me haga pensar, una historia que me saque de las cuatro esquinas de mi mente, que me ayude a ver la vida con otros ojos, como si yo no fuera yo, ¿qué puede haber más enriquecedor? Por eso me gusta tanto Rachel Cusk, porque lo consigue con cada una de sus novelas. Despojos es una obra única.