Merece la pena el cansancio de después de jugar con un niño, la tristeza al final de un amor apasionado, la melancolía que produce un verano que termina.
Merece la pena pasar nueve horas conduciendo si al final de la carretera espera el hijo, doy por bien empleadas las lágrimas que he llorado desde que te fuiste porque nunca querría haber vivido una infancia sin ti.
Me gustan los atardeceres aunque a veces me den frío, acepto el dolor de cabeza de la resaca si en esa noche excesiva estabas tú. Merecen la pena las prisas si hemos perdido el tiempo en una charla trascendental con una amiga.
Merece la pena pasar sueño si lo hemos perdido leyendo un libro inolvidable. Me gusta el sudor después de una carrera, me gusta la lluvia aunque moje, la luz aunque deslumbre, las películas tristes, las canciones desgarradas.
Me gustan los hijos aunque duelan.
Comentarios
Precioso.