Jessica salió radiante a celebrar la Nochevieja de sus diecisiete años. Vestía un top de lentejuelas que se había comprado en el mercadillo y unas mallas brillantes con una línea vertical de cuero heredadas de su hermana. Se había pintado los ojos con la sombra azul hypnose y los labios con un color ruby night. Parecía adivinar que esa noche iba a conocer al que creyó el amor de su vida, un chaval flaco que reía con grandes risotadas y tenía un aire de actor de serie adolescente.
Jessica y Maikel empezaron a salir, empezaron a colgar sus fotos en Instagram, siempre en actitud enamorada, siempre pretendiendo parecer felices. Jessica se quedó embarazada antes del verano. Se lo contó a Maikel pensando que era la oportunidad de irse de casa, iban a tener un hijo. Ella se haría una foto después de dar a luz como la de Pilar Rubio. Con la ayuda de sus padres alquilaron un piso pequeño en el quinto pino y se casaron. Nació Yerai y después Jonathan.
Ahora Jessica celebra la Nochevieja en casa de su madre con su bata de felpa rosa encima del pijama. Conserva la costumbre de maquillarse para que se note que es Nochevieja. Como Pilar Rubio, lleva los ojos muy pintados y los labios muy rojos.
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