Hay libros que salvan vidas. Libros que te rescatan en medio de una pandemia, en la soledad de un internado, en un campo de concentración. Libros que son un refugio o una ruta de escape, o las dos cosas.

Están los libros que te arropan en un viaje y los que te transportan a países desconocidos. Libros que te llevarías a una isla desierta y libros que te sientan a tomar el té con una reina. Libros que te enseñan a querer y a ser libre. Libros que te hacen sentirte hombre o mujer o algo que no es ninguna de las dos cosas, pero sin duda libros que te ofrecen un lugar en el mundo.

Hay libros que se esconden como si fueran un mendrugo de pan y libros que se cambian por comida. Están los libros sobrios y los excesivos. Hay libros para comprender el mundo y libros que prestamos para que nos entiendan.

Libros como promesa de que las cosas pueden ir bien en el futuro, libros que ofrecen una voz que parece la nuestra. Hay libros que te arraigan a la tierra y libros que te unen a personas que nunca conocerás.

Hay libros que te enseñan a vivir y libros que nos gustaría haber escrito. Tantos libros.