Espero en un pasillo del Ambulatorio junto a dos personas que son de Ghana. Frente a mí una pareja habla en euskera y a su lado se sienta una mujer con velo que habla en francés por teléfono. Cuántos distintos en un espacio tan pequeño. Cuántas raíces diferentes, cuántas culturas opuestas entre estas cinco personas. Solo cinco y ya contamos dos continentes.
Así es el mundo ahora, diverso, mezclado, contaminado, rico. Un par de continentes y el mismo deseo en este pasillo de la sección de Ginecología, tener un hijo, criar una vida, apostar por el futuro. Incluso en tiempos de pandemia, incluso lejos de sus orígenes y de su familia. Niños que participarán de dos culturas, si no más, que hablarán más de un idioma y de dos, que crecerán iguales y diferentes. Niños bienvenidos porque son la alegría de la vida. Y porque aquí cabemos todos.
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