Esa famosa cita de Anna Karenina, de Tolstoi, que dice: «Todas las familias felices se parecen unas a otras, pero cada familia infeliz lo es a su manera» podría aplicarse a este libro. La pareja formada por Gretta y Robert tuvo tres hijos: Michael Francis, Monica y Aoife. Un buen día Robert desaparece por voluntad propia. Gretta llama a sus hijos, desperdigados por el mundo. Michael Francis está casado con Claire y tiene dos hijos. Monica tiene un segundo marido que tiene dos hijas y ningún hijo propio. Aoife vive en Nueva York y tiene una relación con Gabe.
Cada uno tiene sus propios problemas, la relación de Michael Francis y Claire no pasa por un buen momento, Monica odia su vida aunque hace todo lo posible por disimularlo y Aoife se esfuerza cada día para que su entorno no sepa que no puede leer, que no sabe leer, que se desespera pero no puede comprender lo que dice la escritura.
Maggie O’Farrell es un auténtico genio creando personajes, todos son personas de verdad, con muchos te identificas en esto o en aquello, a todos les comprendes. No es necesaria la acción (aunque la hay) porque cada uno de estos caracteres cobra vida propia, se sale del libro y te involucra. No te preguntas si haría esto o aquello, sabes que lo haría tal y como la autora lo cuenta. Es decir, Maggie O’Farrell crea un universo del que no quieres salir.
El final, sin embargo, me ha parecido apresurado, o Maggie O’Farrell se cansó de escribir o el editor le dijo esto es demasiado largo, corta 50 páginas, no sé, pero el final no es el que la historia se merece. A pesar de todo, diría que Instrucciones para una ola de calor es un libro que me ha gustado mucho, del que he disfrutado cada página y que les recomiendo encarecidamente.
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