En el castellano hay tantas expresiones que utilizan alguna parte del cuerpo humano que uno echa chiribitas por los ojos.

Tenemos hacer de tripas corazón, comer(se) el coco, caérsele a uno el alma a los pies, tener un morro que se lo pisa, pinchar en hueso, hacérsele a uno la boca agua e irse de la lengua.

También están no pegar ojo, ponérsele a uno los pelos como escarpias, cortar por lo sano, no tener pelos en la lengua, levantarse con el pie izquierdo, no dar pie con bola, andar con pies de plomo, no tener ni pies ni cabeza, tomarse algo a pecho o tener algo entre ceja y ceja.

Se puede echar una mano, estar de uñas o ser uña y carne, dar la espalda o mirar por encima del hombro. También se puede trabajar codo con codo y sin embargo no dar el brazo a torcer. Hay quien saca pecho y quien tiene anchas espaldas para estar mano sobre mano todo el día sin que se le caiga la cara de vergüenza.

Y aun se me ocurre tener algo en la punta de la lengua o el colmillo retorcido. Pero una de mis expresiones preferidas es cuando en un chiste de Forges la mujer le dice al marido: El niño está llorando. El niño tiene 32 años, contesta el marido. Y tú no tienes corazón, le responde ella.