La cabeza es una de las partes más importantes del cuerpo, tan importante que es probablemente el lugar donde ponemos nuestra identidad. Podrían trasplantarnos o sustituir cada uno de los órganos y miembros de nuestro cuerpo y seguiríamos siendo los mismos pero cuando se pierde la cabeza… ay, cuando se pierde la cabeza uno ya no sabe quién es.

En torno al sustantivo «cabeza» se han formado multitud de expresiones. Como ese perder la cabeza que he mencionado más arriba o decir que algo no tiene ni pies ni cabeza. Puede uno tirarse de cabeza o tener la cabeza bien amueblada. Si nos va mal decimos que no levantamos cabeza y si ponemos orden en nuestra vida decimos que hemos sentado la cabeza, mientras que si alguien nos vuelve locos, nos trae de cabeza.

Se puede ser un cabeza hueca, un cabeza dura o un cabeza de chorlito. Se puede ir en cabeza de una carrera, ser un cabeza de turco o la cabeza visible de algo. Puede uno darse de cabezazos, tener mala cabeza o ser el cabeza de familia.

A su vez, la cabeza tiene muchos y variados sinónimos: coco, sesera, melón, mollera y cocorota son algunos de ellos.

Y después de tantas y tan diversas expresiones, aquí lo dejo porque me explota la cabeza.