bisiesto etimologia

El término **bisiesto** proviene del latín "bis sextus", que significa "duplicar el sexto día antes de las calendas de marzo".

El calendario **bisiesto** se creó para corregir la diferencia entre el año solar y el año civil, añadiendo un día extra cada 4 años.

La **etimología** de la palabra **bisiesto** nos lleva a entender cómo se implementó esta corrección en el calendario juliano.

¿Qué quiere decir la palabra bisiesto?

La palabra bisiesto proviene del latín "bis sextus", que significa "doble sexto".

Se utiliza para referirse a los años que tienen un día adicional en el mes de febrero, es decir, los años que tienen 366 días en lugar de los 365 días habituales.

Esto se debe a que cada cuatro años se agrega un día más al calendario para compensar la diferencia entre el año solar y el año calendárico.

Un año bisiesto se identifica porque es divisible entre 4, a excepción de los años que también son divisibles entre 100, a menos que sean divisibles entre 400.

De esta forma, los años como 2000 y 2400 son bisiestos, mientras que los años como 1900, 2100 y 2200 no lo son.

En resumen, la palabra bisiesto hace referencia a los años que tienen un día adicional en febrero para ajustar el calendario al ciclo solar.

¿Por qué año bisiesto se llama así?

La razón por la que año bisiesto lleva ese nombre se remonta a la época del calendario romano. En la antigua Roma, el calendario se basaba en ciclos lunares de 29.5 días, lo que resultaba en un año de 354 días, aproximadamente.

Para corregir esta desviación y ajustar el calendario al ciclo solar, los romanos introdujeron un mes adicional llamado Mercedonius. Este mes se añadía cada dos años para compensar la discrepancia entre el año lunar y el año solar, haciéndolos "duplicados" o "bisiestos".

Con el tiempo, el nombre bisiesto se asoció con la idea de que el año "saltaba" un día adicional para mantener la sincronización con las estaciones. Así, cada cuatro años se añadía un día extra al calendario para compensar el desfase acumulado.

¿Por qué febrero tiene 28 o 29 días?

La pregunta de por qué febrero tiene 28 o 29 días tiene su origen en la antigua Roma. El calendario romano, basado en el lunar, tenía solo 10 meses en un año de 304 días, lo que dejaba un desfase considerable con los ciclos lunares y solares.

Julio César, en el siglo I a.C., implementó el calendario juliano, que añadió dos meses más para ajustar el calendario al ciclo solar. Sin embargo, este calendario seguía teniendo problemas con los años bisiestos, por lo que el papa Gregorio XIII introdujo el calendario gregoriano en 1582 para corregir estas imperfecciones.

El calendario gregoriano estableció que los años divisibles entre 4 son bisiestos, excepto los divisibles por 100, a menos que también sean divisibles por 400. De esta manera, se garantiza que el año tenga la duración adecuada y que febrero tenga 29 días en los años bisiestos, como ocurrió en 2020 y volverá a ocurrir en 2024.

¿Por qué se dice que los años bisiestos son malos?

Se ha creado una creencia popular que afirma que los años bisiestos tienen mala suerte o traen consigo eventos negativos. Sin embargo, esta creencia carece de fundamento científico y se basa más en supersticiones y mitos populares.

La razón principal por la que se vincula a los años bisiestos con la mala suerte es probablemente por la rareza de estos años en comparación con los años comunes. Al ocurrir cada 4 años, se les atribuye un carácter especial y diferente, lo que despierta temores y supersticiones en algunas personas.

En realidad, un año bisiesto es simplemente un año que tiene un día adicional (29 de febrero) para ajustar el calendario anual al ciclo de la Tierra alrededor del Sol. No hay evidencia científica que respalde la idea de que estos años sean inherentemente malos o negativos.

Por lo tanto, se puede concluir que la creencia popular de que los años bisiestos son malos no tiene una base sólida y más bien se trata de una superstición sin fundamento. Es importante recordar que la suerte y los eventos negativos no están vinculados a fechas o años específicos, sino que dependen de circunstancias individuales y el azar.

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